Cecilia Todesca Bocco, vicejefa de gabinete, dijo «No somos necios, los datos de pobreza son terroríficos», en relación con las opciones que analiza el gobierno para enfrentar la segunda ola de pandemia.
«No creemos que hoy, en este momento, haga falta un IFE. Pero no somos necios» afirmó la funcionaria, en relación a la posibilidad de que vuelva a pagarse el bono de $10.000, que durante el año pasado se dió en 3 oportunidades a desocupados, trabajadores informales y del empleo doméstico entre otros sectores imposibilitados de trabajar por la cuarentena.
La funcionaria agregó que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) «fue un buen instrumento y por eso se entiende por que la gente vuelve a hablar sobre el IFE». Pero además dijo que el Gobierno decidió implantarlo «en un momento en que la gente estaba impedida de salir de su casa y hoy no estamos en ese momento. Las restricciones no son las del año pasado, tienen que ver con la nocturnidad». Añadió que «tampoco es que nosotros tenemos la visión de que la gente está fantástica».
«No somos necios, leímos los datos de pobreza, que son terroríficos. Sabemos que en el último trimestre del año pasado y en el primero de este año tuvimos una aceleración de la inflación y eso pega en los alimentos» admitió Todesca Bocco en una entrevista radial.
Además agregó «El IFE alcanzó un universo de 9 millones de personas que es muy heterogéneo. Es muy probable que en todos esos hogares el ingreso se haya recuperado porque la gente volvió a trabajar, ya sea en el mercado formal o en el informal. No vamos a abandonar a nadie. Si las circunstancias empeoran vamos a estar muy atentos y ver cuáles van a ser los instrumentos que vamos a aplicar». Dejando abierta la posibilidad de una ayuda similar al IFE en un escenario extraordinario como el ocurrido al principio de la pandemia.
«Estamos listos para actuar donde hace falta» dijo tras señalar que ya habló con el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, para analizar las posibilidades de incrementar partidas presupuestarias vinculadas a las ayudas alimentarias.
Todesca Bocco explicó además que cuando se desactivó el IFE fue reemplazado por otras medidas paliativas. «Pusimos en marcha un conjunto de políticas que para nosotros son mejores, porque tienen que ver con ese universo de 9 millones de personas que es muy heterogéneo. Es muy probable que en todos esos hogares el ingreso se haya recuperado porque la gente volvió a trabajar, ya sea en el mercado formal o el informal. El IFE fué un buen instrumento y por eso se entiende porqué la gente vuelve a hablar sobre ello. Pero se creó en un momento en que la gente estaba impedida de salir de su casa y hoy no estamos en ese momento».
Entre esas medidas, Todesca Bocco mencionó la ampliación de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la devolución en compras con débito, el aumento del 50% de la Tarjeta Alimentar, el nuevo plan de Becas Progresar para jóvenes. Destacó que el presupuesto destinado a desarrollo social en el año pasado fue un 91% más alto que en el 2019.
El IFE tuvo un alcance muy alto durante el año pasado, e incluyó a sectores que quedaron desprotegidos por la irrupción de la pandemia y las consecuentes restricciones a la circulación de desocupados, trabajadores del sector informal, personal de casas particulares y monotributistas sociales o de categorías A y B.
De acuerdo a datos oficiales, en total, el 30% de la población argentina pidió a ANSES cobrar los $10.000 de asistencia. Además de los 8,9 millones de casos aprobados, otros 4.6 millones de personas tuvieron sus solicitudes rechazadas, principalmente por tener un ingreso en blanco, ya sea en el caso del solicitante o de un integrante de su grupo familiar.